Cuando piensas en mantener y reparar tu vehículo, es fácil que te venga a la mente una larga lista de herramientas y equipos especializados. Sin embargo, entre todos los accesorios que puedes tener a mano, hay uno que, aunque de apariencia sencilla, se vuelve imprescindible en algunas de las reparaciones que vayas a realizar: El gato.

Esta herramienta, que permite elevar el coche para cambiar una rueda o hacer ajustes en la mecánica de tu coche, es uno de los componentes más importantes de cualquier kit de herramientas para vehículos. Pero ¿Realmente sabes qué es? ¿Qué tipos existen y cómo elegir el adecuado? ¡Vamos a descubrirlo!

Seguramente ya has escuchado hablar del gato del coche, y si alguna vez has tenido un pinchazo, probablemente lo hayas usado. Pero ¿Realmente sabes qué es y por qué es tan importante tener uno? ¡Vamos a verlo!

Un gato para coche está diseñado para levantar tu vehículo con el fin de facilitar tareas como:

• Cambio de ruedas: Permite elevar el coche para cambiar un neumático pinchado.
• Mantenimiento: Facilita el acceso a la parte inferior del vehículo para que puedas hacer reparaciones o revisiones.
• Pequeñas reparaciones: Eleva el vehículo para vaciar el aceite o realizar otros trabajos mecánicos, siempre que tu vehículo necesite de este paso para hacerlo.

Ahora bien, ¿Cómo funciona? El gato actúa como un punto de apoyo que, mediante un sistema de elevación, levanta el vehículo. La idea es que cuando lo eleve, el peso recaiga sobre él, liberando las ruedas del suelo para que puedas cambiar una de ellas o realizar alguna operación en los bajos del coche sin problemas.

¡Pero ojo! Es importante resaltar que los gatos no son exclusivos de los coches. Existen otros diseñados para vehículos más grandes, como camiones o aviones, e incluso para elevar cargas pesadas en la industria. Sin importar el tamaño, todos los gatos funcionan con el mismo objetivo: Ofrecer un sistema de apoyo en el suelo y un mecanismo de elevación que permita al usuario levantarlo de forma controlada.

Como ves, es una herramienta sencilla pero fundamental en cualquier kit de herramientas de emergencia de un vehículo. Si alguna vez te has preguntado si es necesario tener uno, la respuesta es un rotundo SÍ. No solo porque sea obligatorio por Ley en algunos países, sino porque te permite solucionar problemas de forma rápida y segura.

¡Pero eso no es todo!  ¿A qué no sabes porque el gato mecánico tiene ese nombre? Pues bien, este no está puesto porque sí. El gato del coche debe su nombre a su forma y funcionamiento. A medida que se va elevando, su estructura se arquea y puede llegar a recordar a la figura de un gato enfadado ¡Bastante curioso! ¿Verdad?

Ahora que sabes qué es y para qué sirve ¿Te gustaría saber más sobre los diferentes tipos de gatos disponibles? ¿O nuestros consejos para saber cómo elegir el mejor para ti? ¡A continuación te explicamos todo esto y más!

Cuando se trata de elegir un gato para coche, al igual que con cualquier otro componente o herramienta, el mercado ofrece diferentes variedades para escoger, cada uno con características particulares y prestaciones individuales.

Pero no te preocupes, desde RO-DES Recambios vamos a explicarte los más comunes, sus características, ventajas y desventajas, para que puedas elegir el que mejor se adapte a tus necesidades ¿Estás buscando uno para cambiar una rueda rápidamente en tu coche? ¿O necesitas algo más robusto para trabajos más pesados? Sea cual sea tu caso, aquí te lo contamos todo ¡Vamos a descubrir todos los tipos!

1. Gato mecánico (o de tijera): Este es el más básico y común. Su diseño se basa en un sistema de piezas con un husillo y una pieza roscada que permite elevar el coche a medida que giramos. A pesar de su precio económico y fácil transporte por lo compacto que es, los gatos mecánicos requieren más esfuerzo para levantar el vehículo, por lo que suelen ser más adecuados para coches pequeños o de bajo peso.
2. Gato hidráulico: Muy utilizado en talleres mecánicos, este tipo de gato emplea el principio de Pascal, que permite elevar el vehículo con una presión de fluido, generalmente aceite, a través de un pistón. Son mucho más rápidos y fáciles de usar, ya que requieren menos esfuerzo físico. Su capacidad de carga también es mayor que la de los gatos mecánicos, pudiendo levantar entre 2 y 3 toneladas. Los modelos hidráulicos, a menudo con ruedas para un traslado más cómodo, se han vuelto muy populares debido a su facilidad de manejo y la reducción de su precio, lo que hace que sean accesibles para los conductores particulares.
3. Gato neumático: Este tipo de gato usa aire comprimido para levantar el vehículo. Son ideales para talleres donde se necesitan levantar vehículos más pesados, como camiones. Son rápidos y eficaces, aunque requieren de un compresor de aire para su funcionamiento.
4. Gato eléctrico: Funcionan con un motor eléctrico, lo que hace que sean muy fáciles de usar, solo presionando un botón para elevar el coche. Aunque son muy prácticos, suelen ser más caros que otros tipos de gatos y requieren una fuente de energía para su funcionamiento.
5. Otros gatos (de cremallera y especiales): Existen otros modelos especializados, como los gatos de cremallera, utilizados principalmente en vehículos agrícolas, 4×4 o tractores. Estos gatos pueden soportar mayores toneladas y tienen un precio más elevado, pero son fundamentales para levantar maquinaria pesada o vehículos grandes.

Como has podido leer en el listado anterior, cada tipo de gato ofrece ventajas según tus necesidades específicas. Conocer las características de cada uno te permitirá elegir el más adecuado en función del modelo de tu coche, su peso y las tareas que necesites realizar.

Si estás listo para hacer tu compra, te dejamos una selección de gatos para coche, donde podrás encontrar opciones que se ajusten a tus necesidades y presupuesto.

¿Cómo elegir el gato adecuado?

Cuando se trata de escoger un gato para tu coche, hay varios factores clave que debes tener en cuenta para asegurarte de que sea seguro, eficiente y adecuado a tus necesidades:

1. Peso del vehículo y capacidad de carga: Primero, deberás conocer el peso de tu vehículo ya que es fundamental que, el gato que elijas, pueda soportar su peso sin comprometer la seguridad. Cada tipo de gato tiene una capacidad de carga específica, por lo que siempre debes verificar las especificaciones del modelo que estás valorando comprar. Un gato que no sea lo suficientemente fuerte para levantar tu vehículo podría fallar durante el uso, lo que sería peligroso tanto para ti como para el coche. Nunca excedas la capacidad de carga, ya que podría colapsar o fallar, causando accidentes.
2. Tipo de uso y frecuencia: Si solo necesitas el gato para situaciones de emergencia ocasionales, como cambiar una rueda pinchada, uno mecánico o de tijera suele ser suficiente y es más económico. Sin embargo, si planeas usarlo con más frecuencia, ya sea para trabajos de mantenimiento como revisiones bajo el coche, un gato hidráulico o eléctrico te ofrecerá más comodidad, rapidez y sobre todo seguridad. Los gatos hidráulicos, por ejemplo, son muy fáciles de usar y permiten levantar el coche con poco esfuerzo, mientras que los eléctricos ofrecen aún mayor comodidad al eliminar el esfuerzo físico.
3. Estabilidad, comodidad y portabilidad: La estabilidad del gato es muy importante para garantizar que el coche se eleve de forma segura. Asegúrate de que tenga una base amplia que proporcione un buen apoyo y estabilidad durante su uso. También debes tener en cuenta la facilidad de uso: Un gato que sea fácil de utilizar y que se ajuste bien a los puntos de anclaje del coche hará el proceso más rápido y seguro. Si necesitas transportar el gato en el maletero o moverlo dentro del garaje, busca modelos más ligeros y compactos, o incluso aquellos con ruedas, que te permitan moverlo con facilidad sin esfuerzo adicional.

¿Te gustaría saber más sobre cómo elegir el gato perfecto para tu coche? ¡Déjanos tus preguntas en los comentarios y te ayudamos a tomar la mejor decisión!

Aunque utilizar un gato es relativamente sencillo, es muy importante que tomes ciertas precauciones para garantizar tu seguridad y evitar cualquier accidente. Aquí tienes, paso a paso, algunos consejos clave para hacerlo de manera correcta:

1. Revisa el lugar de trabajo: Ubícate siempre en una superficie plana, limpia y seca. El suelo debe ser firme y estable, ya que un suelo inestable puede hacer que el gato pierda apoyo y se deslice.
2. Fija el coche correctamente: Antes de levantar el coche, asegúrate de colocar el gato en el punto de anclaje adecuado del vehículo. Cada coche tiene puntos específicos en el chasis para ubicarlo, que suelen ser fáciles de identificar. Si tienes alguna duda sobre su ubicación, consulta el manual del vehículo para localizar estos puntos de apoyo. Una vez colocado de forma segura, podrás levantar el coche.
3. Nunca uses solo el gato: Si necesitas trabajar bajo el coche, siempre es recomendable utilizar caballetes como medida de seguridad adicional. El gato no está diseñado para mantener el coche elevado durante largos períodos, por lo que no debe ser tu único soporte. En caso de que estés cambiando la rueda, como precaución extra, coloca la pinchada debajo del coche, cerca del gato, mientras realizas el cambio. De esta forma, si algo fallara, la rueda actuará como amortiguación, minimizando los daños.
4. No excedas el peso recomendado: Asegúrate de no usar el gato para levantar más peso del que está diseñado. Esto podría causar daños tanto en este como al coche, y, lo más importante, podría ser peligroso para ti.

Siguiendo estas simples recomendaciones, podrás utilizar el gato de manera segura y sin riesgos ¡La seguridad es lo primero!

Ahora que tienes toda la información en tu mano, dinos ¿Qué tipo de gato crees que será más útil para tu coche? ¿Un hidráulico fácil de usar o un mecánico compacto para emergencias? La decisión es tuya, ¡pero asegúrate de tener uno siempre disponible! Déjanos tu opinión en comentarios.